jueves, 27 de noviembre de 2008

Movilidad e Infraestructuras

Las infraestructuras asociadas a un sistema de movilidad adquieren especial relevancia a la hora de potenciar un modelo u otro de movilidad.
Las infraestructuras son condición necesaria, aunque no suficiente, para que consigamos un sistema de movilidad sostenible como el preconizado por el Consejo de Ministros Europeos de Transporte.
Las infraestructuras no solamente ocupan un suelo muy valioso, máxime si es urbano, sino que su construcción requiere fuertes inversiones y por tanto fuentes de financiación que es preciso encontrar y ponerlas a disposición.
Las infraestructuras al servicio de la movilidad son caras. Además, las infraestructuras asociadas a los diferentes modos de transporte se especializan en los mismos. Carreteras, autopistas, avenidas, calles para vehículos a motor, ligeros o pesados, carriles para bicicletas. Trazados ferroviarios, vías, dedicadas al transporte ferroviario, para trenes convencionales, TAV, tranvías o metros ligeros. Aeropuertos… y los nodos para la intermodalidad, estaciones, aparcamientos, centros de transporte y logística etc…también son infraestructuras al servicio de la movilidad de personas y mercancías.
La política de transportes y movilidad está íntimamente ligada al tipo de infraestructuras que potenciemos. Si solo hacemos carreteras todo el mundo andará en coche y las mercancías se transportarán por ellas. La búsqueda de un equilibrio modal tanto en los espacios urbanos y metropolitanos como en los trayectos interurbanos e internacionales es la clave de una política de transportes sostenible. Todos conocemos los costes externos que produce el sistema de transportes en términos de efectos medioambientales no deseados, accidentalidad y congestión viaria. Cada modo de transporte tiene unos costes externos asociados y no es lo mismo el transporte privado en vehículos particulares a motor que el transporte colectivo o el ferroviario mucho más seguro y menos contaminante.
El transporte es el causante del 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) contra las que lucha el protocolo de Kyoto y de este porcentaje un 70% es debido al uso del vehículo privado en nuestra vida diaria.
Debemos hacer un gran esfuerzo en todos los aspectos para transferir desplazamientos urbanos realizados en vehículo privado a otros modos de transporte: bicicleta, tranvía, transporte colectivo no ferroviario. Y no olvidemos nuestra tradicional forma de desplazarnos andando que es uno de los grandes activos con los que cuenta nuestra ciudad.
Las infraestructuras que potenciemos contribuirán a ello.

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