Son precisamente estos dos factores los que, en mi opinión, han contribuido definitivamente a alcanzar los resultados que se expresan en el siguiente cuadro que recoge la distribución modal de las diferentes formas de movernos por nuestra ciudad.

Yo particularmente quiero ser optimista con estos resultados y confluir con la conclusión de los presentadores de la encuesta en que “se confirman los cambios de hábitos en los desplazamientos de los vitorianos” (y vitorianas añadiría yo). La encuesta así lo refleja, y el punto de inflexión que se percibe en cuanto al incremento claro de los modos sostenibles (peatonal, bicicleta y transporte público) que crecen un 8,40% frente a una disminución de la utilización del coche que decrece un 7,90% nos hace alegrarnos y manifestar que el “Plan de Movilidad Sostenible y de Espacio Público” (PMSEP) se está desarrollando en la dirección correcta y con los resultados esperados, ayudado eso sí por la crisis económica que arrastramos.
Y esto último es lo que me sigue preocupando. El mantenimiento continuado de las medidas del PMSEP es condición necesaria para que el punto de inflexión sea realmente un punto de inflexión y últimamente no veo a nuestros mandatarios especialmente emocionados por el PMSEP. Más bien no escucho nada sobre la continuidad del plan ni de su foro de participación asociado: el “Foro Ciudadano por la Movilidad sostenible”.
Quiero pensar que todavía estamos al inicio del mandato y no les ha dado tiempo a aterrizar.