Ayer comentaba la prensa local que “El Plan de Movilidad ha supuesto un antes y un después en la forma de moverse por Vitoria. Por un lado, el encarecimiento y la extensión de la OTA ha provocado que muchos conductores huyan de la zona azul. En consecuencia, el transporte público vive un momento dulce. Eso sí, las empresas que lideran los parkings de rotación están sufriendo la peor cara de esta estrategia “verde”: la caída de usuarios es evidente y, por si fuera poco, cada vez tienen más competencia”.
Incluso nuestro amigo Iñaki Cerrajería se hacía eco de esta noticia y continuaba con que “El uso de los aparcamientos públicos se ha desplomado en el último año y no es por casualidad. El Plan de Movilidad parece estar dando los frutos esperados”
Lo cierto es que el Transporte Público de nuestra ciudad en su conjunto, es decir el uso del urbano y del metro ligero ha crecido un 20% el año 2010, porque a las cifras del tranvía, 7millones de viajes, hay que sumarle las de los autobuses de TUVISA, en los que se subieron el año pasado más de once millones de pasajeros. Así, entre los dos medios de transporte, suman 18 millones de viajes.
La cifra es inédita y representa un incremento del 20% con respecto a los datos de 2009, cuando la llegada del tranvía ya había supuesto un aumento similar en relación con 2008.
Creo que todos estos datos son para alegrarnos y para ratificar las bondades de nuestro Plan de Movilidad Sostenible y de Espacio Público de VG. Aunque tampoco debemos morir de éxito.
También puede deducirse, aunque con mayor riesgo a equivocarnos, y sobre todo a la espera de las próximas encuestas de movilidad que muchos vitorianos y vitorianas han dejado el coche en casa.
Esto puede ser verdad pero creo que la causa de ello hay que encontrarla en la coincidencia del desarrollo del plan de movilidad con la crisis económica que estamos padeciendo, en la que los productos “low cost”, “Fast food”, “lineas blancas” etc… están haciendo su agosto.
La gente tiene miedo y está amarrándose el cinturón, se está volviendo al ahorro y a mirar el valor de un euro. Por ésto se prefiere utilizar el transporte público frente al automóvil que además tiene que aparcar en su destino y éste se ha encarecido, OTA, Parkings subterráneos… Lo que es, la gasolina se ha puesto por las nubes y dicen que los tiempos de combustibles derivados del petróleo baratos han pasado a la historia.
Lo que está haciendo esta crisis económica es realmente interesante de analizar: Nos está cambiando los hábitos de consumo. Y tengo mis dudas de si lo está haciendo en la dirección correcta.
Habrá que ver si estos cambios de hábitos son definitivos, estructurales, o volveremos a las andadas cuando tengamos coches eléctricos.
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