De todas
formas, no sé si será por casualidad, pero la solución es acertadísima y está
perfectamente alineada con los criterios de sostenibilidad del medio ambiente urbano en los que reiteradamente estamos insistiendo y por tanto es un buen
ejemplo de lo que deberían hacer muchas de nuestras empresas hoy en día
ubicadas en lugares periféricos suburbanos y que podrían perfectamente
implantar sus oficinas en los centros de los municipios aportando un gran valor
a la vitalidad de la ciudad y de paso a la sostenibilidad de la misma.
Cuando
hablamos de un urbanismo de proximidad, denso, nos estamos refiriendo precisamente
a estos ejemplos en los que los usos mixtos residenciales, de empleo tanto público
como privado, colegios y escuelas (nunca sacarlos de la ciudad), Hospitales,
comercio, hostelería… aportan valores añadidos a los núcleos urbanos.
Y sobre
todo inducen un modelo de movilidad no dependiente del coche, con el
consiguiente ahorro de costes no solo directos sino de externalidades que son
las que hacen insostenible el actual modelo de movilidad urbana.
Sobre este particular es enriquecedor leer y releer la
aportación de Mikel Murga en Euskonews que a pesar del tiempo transcurrido
guarda su vigencia y su actualidad.
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